Vallico resistente en olivar: evolución y control

Cultivos leñosos
Cultivo de olivar
Lolium rigidum (Vallico) es una mala hierba muy problemática en numerosos cultivos a nivel mundial, cuyo manejo y control es muy complicado por sus características biológicas. Además, ha desarrollado resistencias a numerosos herbicidas (resistencia a 13 modos de acción distintos), siendo la primera mala hierba a nivel mundial en la clasificación de malas hierbas resistentes a herbicidas.

En cuanto al origen del género Lolium, es autóctono de Europa, el norte de África, el Asia templada y las tierras del norte Atlántico y desde esas zonas se ha ido distribuyendo por todo el mundo. Este género contiene especies que se utilizan para forraje de ganadería o césped (L. perenne y L. multiflorum) con gran importancia económica, otras especies se utilizan para el control de la erosión del suelo y otras se han convertido en malas hierbas (L. rigidum). 

Es una planta anual que se puede distinguir fácilmente de otras arvenses como Bromus, Poa, Alopecurus y Avena, por los tonos rojizos que presenta en la base del tallo. 

La distribución mundial de esta planta arvense se puede estimar en 7,9 x106 km2, siendo el clima de las áreas del mediterráneo junto con Europa y Oceanía, las óptimas para el desarrollo de esta especie, así como los suelos con un contenido alto en arcilla o con presencia de arcillas expansivas, donde se practica de forma habitual el laboreo.  

En cuanto a su presencia en el olivar, es muy complicada de gestionar, por ello, ha constituido desde hace muchos años un verdadero problema para los agricultores. Además, debido a la aplicación masiva de diferentes herbicidas, se han desarrollado resistencias, por lo que, en la actualidad, se están llevando a cabo diferentes estudios para poder luchar contra esta mala hierba. 

En cuanto a su presencia en el olivar, es muy complicada de gestionar, por ello, ha constituido desde hace muchos años un verdadero problema para los agricultores.

En España, según la SEMH (Sociedad Española de Malherbología), el primer caso de vallico resistente en cereal se detectó en 1992. En 2016, otra investigación sobre vallico en olivar, detecto la primera resistencia de esta mala hierba a los dos herbicidas más utilizados hasta la fecha para su control: glifosato y oxifluorfen. 

Esa resistencia se debe a que, al ser aplicado dicho herbicida sobre este tipo de mala hierba, el glifosato se absorbe y se mueve poco con respecto al biotipo susceptible. 

Sin embargo, el uso continuado del mismo herbicida o de herbicidas con un modo de acción parecidos no es la única causa del desarrollo de la resistencia. La aplicación en dosis bajas también influye, ya que debilitan la planta sin llegar a matarla. Esto hace que el vallico desarrolle métodos para resistir al herbicida, creándose así resistencias. 

A ello se le suma también que algunos agricultores confunden el bromo con el ballico aplicando un herbicida erróneo. 

Además, con el paso de los años, han ido apareciendo un mayor número de biotipos de malas hierbas resistentes en el mundo, siendo Australia, América del Norte y Europa las regiones más afectadas. 

De acuerdo con otro estudio presentado en el XV Congreso de la Sociedad Española de Malherbología, sobre el efecto que podría tener el cambio climático en L. rigidum, se puso en relieve que existía un incremento mundial de la superficie idónea para el crecimiento de esta planta arvense, expandiéndose esta, desde las zonas que ocupa actualmente hacia las zonas polares, siendo Europa, América del Norte y América del Sur los continentes más afectados, y que más incidencia podrían tener durante las próximas campañas. 

¿Cómo podemos controlar el vallico resistente en el olivar?

  • Es una gramínea que prefiere suelos más pobres y con menor contenido de nitrógeno. Diversos estudios han comprobado que la fertilización nitrogenada reduce la germinación de sus semillas y así mismo disminuye la producción de biomasa de las plantas. Como consecuencia, un correcto manejo del abonado nitrogenado en el olivar resulta un método cultural muy interesante para el control de esta especie.
  • Labrar en profundidad ya que, al tener una semilla pequeña y poco duradera, esta no germina en profundidad.
  • Dentro de una estrategia efectiva en la prevención y control de casos de resistencias a herbicidas, junto con actuaciones culturales como la rotación de cultivos, uso de cubiertas vegetales, etc. y el uso de medios mecánicos, también se debe considerar el control químico mediante materias activas con un modo de acción distinto al cual se ha generado la resistencia. Es por ello importante vigilar nuestros campos y tomar decisiones razonadas en cada caso. Lo más probable es que cada parcela presente un problema de malas hierbas diferente, por lo que no debemos utilizar ni el mismo método de control ni el mismo herbicida para toda nuestra explotación.
  • A ello se suma que algunos agricultores confunden el bromo con el vallico. Es por ello muy importante conocer la biología y morfología de las malas hierbas. Saber en que momento germinan o brotan las plantas en nuestra parcela ya que la mayoría de los herbicidas tienen su eficacia óptima cuando las plantas están en los primeros estadios.
  • Aunque el desbrozado de las plantas antes de la floración no impide el rebrote de estas ni la producción de semillas, se puede considerar para reducir la producción de semillas en aquellas plantas que hayan escapado a los tratamientos herbicidas.

Y muy importante: Si se sospecha de la existencia de malas hierbas resistentes una vez realizados los tratamientos correctamente, habrá que cambiar la estrategia de control de la flora arvense. El uso de herbicidas con le mismo modo de acción cuando tenemos una población resistente hace que el problema se agrave y estemos aumentando los costes de manera innecesaria.