Fertilización del olivar: Mantén tu olivar bien nutrido desde el inicio

Cultivos leñosos
Mantén tu olivar bien nutrido desde el inicio

Un olivar bien nutrido es una garantía de éxito en la cosecha. Establecer un correcto plan de fertilización del olivar desde el inicio de campaña va a permitir a los olivos a afrontar las diferentes etapas del ciclo en perfectas condiciones para su crecimiento, floración, cuajado y maduración de los frutos.

 

Además, en esta época es especialmente importante aplicar el abono en cantidades suficientes para cubrir las necesidades de macro y micronutrientes. Un desequilibrio en algún nutriente puede hacer que los árboles sean susceptibles a enfermedades (se puede considerar como un tratamiento preventivo frente a enfermedades como el repilo) o no lleguen en perfectas condiciones a etapas importantes de la campaña y que repercuten de forma directa en la productividad y el rendimiento.

Necesidades nutricionales del olivar: macronutrientes y micronutrientes

Las necesidades nutricionales del olivar deben ser analizas en campo a través de herramientas cómo análisis del suelo, así como análisis foliar, el cual se suele realizar en la segunda quincena de julio. Este punto es importante ya que cada parcela, o incluso cada árbol, tendrá unas necesidades de fertilización diferentes.

Aún así, en cuanto a macronutriente, se puede establecer una serie de valores estimados de necesidades nutricionales de olivares en función de la extracción de nutrientes:

Tabla nutrientes

El aporte de estos nutrientes en cantidades suficientes tiene su justificación, ya que cada uno de los nutrientes arriba mencionado, realiza una función dentro del árbol:

  • Nitrógeno: acelera el crecimiento y desarrollo vegetativo del olivo y, además, impulsa la capacidad de absorción de otros nutrientes
  • Fósforo: es un componente esencial de compuestos que intervienen en procesos bioquímicos, cómo la fotosíntesis. Es un nutriente que acelera la maduración y mejora la floración y el cuajado.
  • Potasio: interviene en numerosos procesos físicos y bioquímicos del árbol, promoviendo la resistencia del árbol a heladas y a enfermedades criptogámicas. Es un elemento cuyo aporte en cantidades suficientes mejora el tamaño y calidad de los frutos.
  • Calcio: mejora el desarrollo radicular. Importante su aporte en suelos calizos y en plantaciones en secano, donde una deficiencia en su absorción puede conducir a estrés hídrico

Además, es importante tener en cuenta el aporte de otros nutrientes, en menor cantidad, los denominados micronutrientes ya que su deficiencia puede incurrir en diferentes problemáticas que merman la productividad de los olivos:

  • Boro: la deficiencia en boro provoca que la floración no ocurra con normalidad y en el cuajado aparezcan un buen número de frutos deformes.
  • Hierro: la problemática que presenta el hierro es que se encuentra en formas no asimilables por los árboles, lo que puede derivar en clorosis férrica que se manifiesta en las hojas.
  • Zinc: importante corregir su deficiencia a principios de primavera ya que promueve el crecimiento de los brotes tras la poda. Normalmente en el suelo la forma en la que se presenta es no asimilable por los olivos.
  • Magnesio: interviene en el proceso de formación de la clorofila y favorece la absorción del fósforo.
  • Azufre: Interviene en la formación de la clorofila, compuesto que interviene en la fotosíntesis y por tanto en el desarrollo del árbol.

 

La importancia de los aminoácidos

Cuando se habla de fertilización, en la mayoría de los casos, solo se tiene en cuenta la fertilización orientada a cubrir las necesidades en macro y micronutirentes. Sin embargo, un plan de abonado completo tendrá en cuenta otros elementos interesantes para el olivo como son los aminoácidos.

Es cierto que las plantas son capaces de generar sus propias proteínas y aminoácidos a partir de nitrógeno mineral. Sin embargo, en determinadas ocasiones su aporte, por vía foliar, estimulan procesos y promueven la síntesis de compuestos que mejoran la respuesta de los árboles en momentos de mayor demanda o frente a diferentes tipos de estrés.

Para entender la importancia de estas moléculas en las plantas simplemente hay que ver en que procesos intervienen:

  • Algunos aminoácidos son precursores de la clorofila y/o potencian su síntesis, lo que aumenta la actividad fotosintética del árbol y aumenta su desarrollo.
  • Incrementan los mecanismos naturales de defensa frente a condiciones adversas gracias a su acumulación, activando y protegiendo la actividad enzimática y el desarrollo de fitohormonas.
  • Estimulan diferentes procesos metabólicos y de formación de tejidos que intervienen en fases cruciales como la germinación, la floración y hasta la maduración del fruto.
  • Estimulan la formación de raíces lo que hace que aumente la capacidad de absorción y transporte de otros nutrientes.
  • Mejoran la capacidad de resistencia ante situaciones de estrés por bajas temperaturas, falta de agua o exceso de sales.
  • Refuerzan las paredes celulares haciendo más resistentes los tejidos.
  • Mejoran la fertilidad del polen, lo que influye de forma directa en el cuajado y por tanto en la productividad del cultivo.

 

Como se ha comentado, los olivos sintetizan estos elementos a lo largo de todo su ciclo, por tanto, nos podemos preguntar en qué momento es el idóneo para aplicarlos. La respuesta es en aquellos momentos en los que la planta se encuentra en situaciones de estrés. Hay que pensar que un aporte extra evitará que el árbol destine energía a sintetizarlos o acuda a sus reservas, principalmente descomponiendo proteínas que intervienen en procesos cruciales como la floración. Esto se traduce en una disminución global de la productividad del olivo.

La eficiencia de la fertilización foliar del olivar

Si bien es cierto que el olivo obtiene la mayor parte de los nutrientes necesarios por vía radicular, las partes aéreas tienen capacidad para absorber nutrientes procedentes de los abonos foliares aplicados. Además, el olivar, a diferencia de otros cultivos leñosos, presenta una mejor capacidad de absorción foliar de nutrientes importantes cómo el nitrógeno, el potasio y el fósforo, así como los mencionados aminoácidos.

En los olivares de secano se ha demostrado que este tipo de fertilización es muy eficaz sobre todo en condiciones adversas como sequía, suelos muy calizos, etc. Sin embargo, en olivares de regadío la fertilización foliar debe considerarse como un complemento a otros tipos de aportes de nutrientes, y se utiliza habitualmente para corregir deficiencias de nutrientes o aportar un extra de compuestos, como aminoácidos, que ayuden a superar diferentes estreses a los que están sometidos los olivos en un momento concreto.