“La sanidad vegetal europea saldrá adelante gracias a la innovación y la apuesta decidida por el conocimiento y la ciencia” - Mazaly Aguilar

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Mazaly Aguilar

La eurodiputada -miembro del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) por parte de Vox- y vicepresidenta de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo Mazaly Aguilar reflexiona en esta entrevista sobre las implicaciones de la propuesta de estrategia europea ‘De la Granja a la Mesa’ y sobre el porvenir de la sanidad vegetal en el continente, entre otras cuestiones de actualidad del sector.

PREGUNTA.- Un año después de que la Comisión Europea presentara públicamente sus estrategias ‘De la Granja a la Mesa’ y ‘Biodiversidad 2030’, el sector agroalimentario español y europeo se encuentra todavía valorando las posibles repercusiones que ambas propuestas tendrían para su modelo de producción. Uno de los objetivos planteados atañe particularmente a la sanidad vegetal. ¿Cree que es realista la propuesta de Bruselas en este sentido? ¿Qué impacto cree que tendrán en el sector los objetivos planteados?

RESPUESTA.- Las propuestas de la Comisión responden más al deseo de imponer un determinado modelo productivo que a serios estudios de impacto que las justifiquen. Ser ambicioso no es malo per se, el problema es que una ambición desmedida se traduce en objetivos poco realistas que son percibidos por el sector agrícola como una seria amenaza para su supervivencia en lugar de una oportunidad para mejorar su competitividad y estándares medio ambientales. Muchos estudios independientes han subrayado que las estrategias europeas pueden afectar negativamente a la seguridad alimentaria mundial, elevando el precio de los alimentos pero reduciendo los precios recibidos por el agricultor. La estrategia tiene elementos positivos para mejorar las normas de competencia, rediseñar una nueva política comercial o fomentar una dieta variada y equilibrada, pero falla estrepitosamente al olvidar que el principal objetivo de la agricultura es producir alimentos. En muchas ocasiones se lo he dicho al comisario de Agricultura. Si no conseguimos que la agricultura sea una actividad rentable no podremos conseguir ninguno de los ambiciosos objetivos verdes que se fija la Comisión.

P.- ¿Están suficientemente protegidas las producciones españolas y europeas frente a las de los terceros países? ¿Qué medidas echa en falta su grupo?

RESPUESTA.- El comercio agrícola es fundamental para nuestro sector agroalimentario. No comparto ideas proteccionistas ni apoyo a los gurús del autoconsumo. Sin embargo, soy la primera en denunciar los acuerdos comerciales que sacrifican a nuestra agricultura y la doble vara de medir respecto las importaciones procedentes de países terceros. No soporto la hipocresía de la UE prohibiendo a nuestros agricultores todo lo que permitimos a las importaciones. Ese es uno de los grandes puntos débiles de la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’. De nada sirve subir nuestros estándares si nuestro melón sigue compitiendo con el marroquí en condiciones muy desiguales.

Mi grupo reclama un mayor control en frontera, la defensa del principio de preferencia comunitaria, inspecciones en origen y un único puerto de entrada en la UE para determinadas producciones que evite el coladero de algunos puertos holandeses donde los controles privados dejan que desear.

PREGUNTA.- ¿Qué opinión tiene de ese concepto recientemente introducido por la nueva PAC denominado ecoesquema? ¿Cómo ayudará a mejorar en materia de sanidad vegetal?

“Los ecoesquemas son una tomadura de pelo propia del postureo verde que se ha apoderado del debate agroalimentario”.

RESPUESTA.- Los ecoesquemas son una tomadura de pelo propia del postureo verde que se ha apoderado del debate agroalimentario. Hemos aceptado la terminología y el concepto de quienes creen que las medidas verdes son las únicas que pueden justificar la PAC y sus ayudas directas. De nada sirve incorporar nuevas obligaciones verdes si no somos capaces de reconocer las exigencias que cumplen nuestros agricultores a través del greening, la condicionalidad o los programas agroambientales. No podemos caer en el error de pensar que los agricultores empiezan desde cero en materia ambiental, reconozcamos sus esfuerzos y su contribución.

Los ecoesquemas son una realidad y confío en que la reforma de la PAC otorgue a los Estados miembros la suficiente flexibilidad para que seamos capaces de poner en marcha unos ecoesquemas que no se solapen con las medidas de la condicionalidad, que no generen mayor complejidad y que los agricultores puedan elegir entre las medidas que más se adapten a su situación. La mejora de la sanidad vegetal en la agricultura ecológica y la convencional puede realizarse a través de mecanismos mucho más eficaces que los ecoesquemas, pero siempre de mano de la ciencia y de la consideración de la diversidad de producciones y cultivos presentes en los Estados miembros.

PREGUNTA.- ¿Qué futuro le augura a la sanidad vegetal europea?

RESPUESTA.- Estoy convencida de que la sanidad vegetal europea saldrá adelante gracias a la innovación y la apuesta decidida por el conocimiento y la ciencia. La edición genética, el desarrollo de nuevas sustancias con menor riesgo y un proceso de evaluación y aprobación de productos fitosanitarios más ágil, menos politizado y basado en la evidencia tienen que formar parte del futuro. Los agricultores convencionales y ecológicos se enfrentan a nuevas plagas y enfermedades y seguirán dependiendo de pesticidas ecológicos o químicos para sus producciones.

Conozco a la perfección la capacidad de adaptación del sector y reconozco los esfuerzos que se están desarrollando para que los agricultores tengan las alternativas que demandan y esa caja de herramientas necesaria para seguir produciendo con unos estándares de calidad que hacen que la producción europea ofrezca a los consumidores alimentos con los estándares más altos del mundo.