Control de Carpocapsa en frutales

Cultivos leñosos
Daño producido por Carpocapsa

La Carpocapsa (Cydia pomonella L.) es una de las plagas más importante en los frutales de pepita, concretamente en las especies de manzano, peral, membrillero, nogal y en el caso de frutales de hueso también en albaricoque.

 

Los daños provocados por esta plaga pueden llegar a producir pérdidas de cosecha muy significativas o incluso totales.

Cómo reconocer la plaga de Carpocapsa

Los adultos de Carpocapsa tienen una envergadura de 15 a 22 mm, siendo generalmente más grandes las hembras que los machos. Sus alas anteriores son largas de coloración gris ceniza, con líneas finas de color marrón. Las posteriores son de tonalidad marrón con reflejos dorados y una pequeña franja gris.

Adulto de Carpocapsa

Los huevos son circulares y aplanados, de 1,3 mm de diámetro.

Pueden tener 2 generaciones completas y una incompleta, aunque en ocasiones no se llega a dar la tercera generación.

La primera generación comienza a emerger a principios de abril y sus daños comienzan a observarse a mediados del mes de mayo. Durante la primera quincena del mes de julio son ya notables los daños de la segunda generación. Y, en caso de darse, los daños de la tercera generación aparecerían en los meses de agosto y septiembre.

Las orugas que eclosionan de los huevos depositados, en grupos de 2-3, por la primera generación, llevan a cabo su desarrollo larvario dentro del fruto y una vez terminado salen hacia las hojas para realizar la Crisalidación.

Una vez finalizado este proceso, hacia principios del mes de Junio, se abre la crisálida y emergen los adultos que depositarán los huevos de la segunda generación. Estos huevos eclosionan más rápido debido a las altas temperaturas y se repite el ciclo, que daría lugar a la tercera generación.  Para un control exitoso de la plaga, es importante seguir su ciclo biológico siguiendo el vuelo con feromonas y contando los grados de calor acumulados, para aplicar el modelo y para saber los estadios biológicos(Adulto, huevo, larva, crisálida) que tenemos en cada momento.

Daños por Carpocapsa en frutales

Larva de Carpocapsa

Las larvas de la plaga penetran en el fruto formando galerías que comienzan en la epidermis y avanzan su camino hacia el interior. Antes de la penetración, se alimentan mordisqueando el limbo de la hoja.

El agujereado y caída de los frutos deriva en una importante perdida de producción. Aunque hay frutos que no llegan a caer al suelo, ya están dañados por lo que tampoco se pueden comercializar. Además, es necesario tener en cuenta que las heridas de la entrada de las larvas de Carpocapsa son vía de entrada de hongos que pueden dar lugar a pudriciones del fruto

En los meses de octubre a marzo, o bien de Julio a Marzo en el caso de larvas de 2ª Generación que entran en diapausa, es cuando se realiza la hibernación en cortezas de troncos y restos vegetales, previa al vuelo de la plaga. Por ello es importante el control visual para conseguir actuar a tiempo.  

Métodos de control

Con el objetivo de evitar estos daños y además reducir los métodos de lucha químicos que puedan dañar el cultivo, un buen método es la instalación de trampas con feromonas sexuales antes del inicio del vuelo, hacia finales de marzo.

Este método es compatible con métodos químicos en caso de ser requeridos. Cuando la población de la plaga supera cierto umbral, son necesarias aplicaciones insecticidas capaces de realizar el control efectivo de la Carpocapsa.

Syngenta, un compañero para el control de la Carpocapsa

Desde Syngenta ponemos en manos del agricultor un conjunto de soluciones insecticidas que permiten realizar un control preciso de la Carpocapsa en frutales.

Desde una solución que lleva 25 años siendo referente en el control de plagas como Karate Zeon (y el formulado Karate Zeon+ 1,5) hasta novedades como Voliam y Voliam Targo que ofrecen una protección multiplaga.

Además, gracias a la inversión en innovación y alineado a nuestra iniciativa “The Good Growth Plan” desarrollamos Affirm Opti, una nuevo insecticida que se caracteriza por estar formulado por una única materia activa a bajas dosis (más sostenible) y que incluye una tecnología de protección frente a la degradación de la materia activa frente a rayos UVA. Esto permite aumentar la eficacia, el tiempo de penetración y distribución en la hoja con un bajo nivel de residuos.

Para completar el catálogo y ofrecer una herramienta de protección frente a Carpocapsa a los productores ecológicos contamos con Costar, un insecticida biológico especialmente diseñado para el biocontrol de plagas y que esta especialmente indicado para la lucha integrada y biológica.