Los retos de la sostenibilidad en el cultivo del olivar

Cultivos leñosos
Cultivo del olivar


La sostenibilidad del sector olivarero pasa primero por asegurar la rentabilidad del cultivo, y aquí son muchas las variables las que pueden afectar a que el cultivo sea o no sea rentable. Podríamos establecer dos grupos de variables:

  • Las agronómicas. Relativas a la optimización de los cultivos, en busca de un equilibrio rendimiento vs. Inputs. Aspectos como el control de plagas que limiten rendimientos, la fertilización o los costes de mano de obra son aspectos clave.

  • Los precios del producto final, aceite o aceituna de verdeo. Aspecto relativo al mercado, y que la mayoría de las veces no está en manos del agricultor. Aunque eso no significa que haya que renunciar a seguir trabajando desde otras áreas en busca de una estabilidad de los precios. Cooperativas, trasformadores, supermercados y gobiernos tendrán un papel importante en la estabilidad y sostenibilidad de este sector.

Pero no nos podemos olvidar, que cuando hablamos de sostenibilidad, tenemos que tener en cuenta además los pilares del Medio Ambiente y Social. En busca de un equilibrio que permita que el cultivo del olivar pueda perdurar en el tiempo y las generaciones futuras puedan seguir viviendo de esta actividad ofreciendo un producto de calidad y respetando el entorno ambiental.

En estos últimos años la sostenibilidad ambiental ha polarizado el debate de la sostenibilidad. Los medios de comunicación e incluso los supermercados, han focalizado sus objetivos en estos aspectos. Y la legislación poco a poco va recogiendo el guante.

Con este artículo queremos identificar los 3 indicadores clave de sostenibilidad ambiental que debemos de prestar atención en nuestros olivares:

  • El agua

El agua dulce es imprescindible para la vida, pero la cantidad disponible es escasa y su distribución desigual. Además, varía a lo largo del año y está sujeta a cambios provocados por la actividad humana. Sin agua no podemos productor alimentos. Según la FAO, la agricultura es, con mucho, la mayor usuaria de agua, ya que utiliza casi el 70 por ciento de la cantidad total.

Los usos más importantes están relacionados con la agricultura y el consumo industrial y doméstico. Su demanda se ha incrementado notablemente con el crecimiento de la población.

En las últimas décadas, se han multiplicado las áreas agrícolas dependientes del riego para la producción de alimentos. Las industrias la emplean para el lavado, enfriamiento, dilución, remojo, procesamiento, eliminación de productos de desecho, etc.

El agua será uno de los recursos más importantes en el futuro de la agricultura mediterránea. El mantenimiento de la calidad y el uso eficiente serán los dos aspectos más importantes en la sostenibilidad de la agricultura mediterránea.

 

1. Calidad del agua

La agricultura puede provocar contaminación del agua, las dos fuentes principales de contaminación son los fitosanitarios y los fertilizantes. Las dos principales vías de entrada de estos productos utilizados en la agricultura a las aguas son la deriva y la escorrentía. Introduciendo prácticas adecuadas, se puede evitar dicha contaminación, que no sólo nos ayudará a evitar la contaminación de las aguas, sino que además asegurará que dichos productos permanezcan en la zona de cultivo mejorando la eficiencia de los mismos.

Para más información puedes consultar la siguiente web: http://proyectotopps.es/

 

2. Eficiencia en el uso del agua

En el cultivo del olivar el agua nos va a ayudar a producir más, o a producir con rendimientos suficientes en épocas de sequía. Pero el agua escasea, y la respuesta está en mejorar la fertilidad del suelo para sacar el máximo partido de las reservas de agua. Así mismo, por medio de métodos de riego más eficaces, se aprovecha ésta de la mejor manera posible.

Para acceder al servicio de la consejería de Andalucía sobre programación del riego del olivar, SERVIFAPA

  • El suelo

Nuestros suelos están en peligro debido a la erosión, la contaminación y el cambio climático. La gestión de las zonas forestales, la agricultura y la ganadería son las principales actividades en las zonas rurales.

El ritmo actual de degradación de los suelos amenaza la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras.

Superficies amenazadas por la desertificación
Superficies amenazadas por la desertificación


 

3. Erosión y escorrentía

La erosión hídrica, conocida como escorrentía, es el principal responsable de la degradación del suelo en el cultivo del olivar. Este proceso provoca la pérdida física del suelo, elimina los horizontes donde se almacena la materia orgánica, reduce la capacidad de reserva de nutrientes y el agua útil para las plantas, disminuye el volumen efectivo para el desarrollo radicular, y también puede provocar otros factores como la contaminación del agua, identificada también en el bloque anterior.

La forma más eficaz para luchar contra la erosión es cubrir el suelo, para ello podrían emplearse cubiertas vegetales. Las cubiertas vegetales además de interceptar las gotas de agua de lluvia, aumentan la velocidad de infiltración del terreno, reduciendo la escorrentía por lo que contribuyen eficazmente a la conservación del suelo

La promoción de la gestión sostenible de los suelos y las tierras es fundamental para preservar el suelo.

Para más información, aquí tienes un enlace a una ficha de la Asociación Española de Agricultura de conservación sobre la erosión en el cultivo del olivar.