La polilla del racimo: radiografía de una de las principales plagas en viñedos

Cultivos leñosos
Daño en racimo de uvas

La práctica totalidad de las zonas vitivinícolas españolas se enfrentan cada campaña a la polilla del racimo, una de las plagas más temidas para los viñedos, por el nivel de daños que causa y la necesidad de afrontar su control o su erradicación temporada tras temporada.

Aunque las más conocidas son dos orugas, Clysia ambiguella y Lobesia botrana, de las mariposas de los géneros Cochylis y Eudemis, respectivamente, es esta última la que más presencia tiene en los viñedos españoles, debido a su mejor adaptación a contextos de falta de humedad.

Racimo de uvas enfermo

¿Cómo identificarlas?

Cada una tiene sus propias características. El adulto de Lobesia botrana es de un tamaño menor al de Clysia, con alas anteriores de color grisáceo con manchas rojizas y pardas. La oruga, por su parte (hasta de 8-9 mm de largo), es de un color verde amarillento o pardo claro, excepto su cabeza, amarillo claro. En movimiento destaca por su agilidad.

Las alas anteriores de un adulto de Clysia presentan un color amarillo ocre atravesado por una ancha banda transversal parda. Su oruga puede medir 10 mm de largo y es de color morado, con una cabeza negra brillante. En este caso, se desplaza muy lentamente.

Ciclo biológico de la polilla del racimo

Sus ciclos son similares. Las crisálidas invernan en capullos escondidos bajo la corteza de la cepa.

Las mariposas aparecen a principios de primavera y vuelan tarde y noche durante 2-3 semanas. Tras poner sus huevos en las yemas florales y el pedicelo, las hembras mueren.

Al cabo de 1 o 2 semanas, nacen las orugas de primera generación. En este estado es cuando producen los primeros daños en los cultivos. Después se transforman en ninfa y pueblan los racimos o la parte bajo corteza.

Las crisálidas producen nuevas mariposas que engendran una segunda generación de orugas que ataca los granos. En el caso de Lobesia se produce una tercera generación, la más dañina, pues es puerta de entrada para botritis.

En lo relativo a las condiciones más favorables para su desarrollo, Clysia exige una temperatura de entre 20ºC y 25ºC, acompañada de una fuerte humedad, para reproducirse. Por su parte, Lobesia soporta menos grados y prefiere una higrometría más moderada. Según los técnicos, son estos factores de los que depende distribución a lo largo del país.

Polilla del racimo
Lobesia botrana

Daños

Como se comentaba anteriormente, las polillas del racimo constituyen una de las plagas más graves de los viñedos. En primavera, durante la floración de la viña, las orugas de primera generación perforan y devoran las yemas florales que unen con filamentos sedosos formando un ‘nido’ en el racimo. Cuanto más largo sea el periodo de floración, mayor será el alcance del corrimiento provocado por la destrucción de flores.

Puede darse el caso también de que las orugas penetren en el pedúnculo de los racimos jóvenes, provocando su secado.

En verano, normalmente durante el mes de junio, las orugas de segunda generación provocan daños en los racimos todavía verdes, que se secan o se pudren con tiempo húmedo.

Sin embargo, el ataque más violento lo protagonizan, a finales de verano o principios de otoño, las orugas de la tercera generación de Lobesia. Su objetivo son los granos de uva, de los que se escapa un líquido azucarado que favorece la aparición de enfermedades, especialmente la botritis o podredumbre gris.

Las consecuencias económicas pueden llegar a ser alarmantes para el vitivinicultor. La cosecha no solo queda reducida en cantidad, sino también en calidad. El vino resulta pobre en alcohol, desequilibrado y turbio, no se conserva bien. Por esta razón, cobra gran importancia la adopción de una óptima estrategia de lucha.

Destrozo de polilla del racimo en uvas

La solución de Syngenta

La propuesta de Syngenta para combatir a la polilla del racimo pasa por el control biológico. Se trata de Exployo Vit, una feromona pulverizable para la confusión sexual formulado a base de 23,2 g/l (2,4% p/p) (E, Z)-7,9-dodecadien-1-yl acetato.

Se utiliza a una dosis de 1 l/ha a partir de la segunda generación hasta final del cultivo, pudiendo realizar un máximo de 4 aplicaciones entre la segunda y la cuarta generación, respetando un plazo de seguridad de 21 días.

Exployo Vit debe utilizarse con un volumen de agua de entre 300 y 1.000 l/ha. Las aplicaciones se harán a partir de la detección del primer vuelo de segunda generación, y continuaremos solo si es necesario, haciendo un seguimiento de las capturas de Lobesia. De esta forma, pondremos la feromona fresca cuando realmente sea necesaria para controlar la plaga.