La importancia del control preventivo del mildiu del tomate

Cultivos hortícolas
Tomate Jawara

El cultivo del tomate también puede verse seriamente afectado por el mildiu, una enfermedad de origen fúngico causada, en este caso, por el hongo Phytophthora infestans. Una de las principales características de esta patología es la extrema dificultad de erradicación una vez que el cultivo ha sido infectado. Por esa razón, el control preventivo debe convertirse en la estrategia principal en las principales zonas productoras de tomate.

En 2021, España registró una producción total de tomate de 4.754.380 toneladas, según el avance de datos elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Extremadura, con 2.226.633 toneladas, de las cuales 1.998.949 tienen su origen en la provincia de Badajoz, se mantiene como la principal CC. AA. productora, seguida por Andalucía (1.712.073 t), con la provincia de Almería al frente: 762.367 t. La Región de Murcia completa el podio con una producción de 221.364 t en 2021.

Entre las principales preocupaciones de los productores de tomate de estas y otras localizaciones está mantener alejado de sus cultivos la enfermedad del mildiu, una de las más importantes en hortícolas.

Se trata de una patología de origen fúngico provocada por el hongo Phytophthora infestans y que puede afectar en cualquier fase del cultivo.

Los restos vegetales, diseminados por el campo por la acción del viento o el agua de la lluvia, son la principal fuente de transmisión del mildiu en tomate.

Cómo distinguirlo

Mildiu en una hoja
Mildiu en hoja de tomate

El mildiu se manifiesta inicialmente en la planta del tomate a través de manchas de color verde claro u oscuro que se van necrosando a medida que avanza la enfermedad.

El progreso de la patología destaca por su rapidez, y puede llegar a afectar a todo el tejido foliar. En el envés de la hoja, los síntomas suelen corresponder con la aparición de un fino velo blanco.

Además, en ocasiones el mildiu también se manifiesta en el tallo, originándose un chancro parduzco que lo puede rodear completamente. La parte de la planta que queda por encima se marchita y puede llegar a morir.

En ataque en los frutos suele darse cuando están inmaduros. Aparecen manchas de color marrón en la superficie. Los síntomas comienzan generalmente en el cáliz.

Ciclo de actividad de Phytophthora infestans

El hongo causante del mildiu del tomate inverna en los restos el cultivo para manifestarse con unas condiciones climáticas propicias y extenderse rápidamente por todo el campo.

Las condiciones climáticas óptimas para el inicio de la germinación incluyen temperaturas que se encuentren entre los 10ºC y los 25ºC y la presencia de humedad en la planta en forma de gotas de agua.

Las noches de humedades relativas de 90%, en sistemas de riego por aspersión o con aparición de rocío, completan las condiciones favorables para la aparición de la enfermedad.

El hongo puede manifestarse en cualquier época del año, pero es en los meses de invierno y principios de primavera cuando es más probable que se produzca una infección.

Phytophthora infestans detiene su desarrollo a partir de temperaturas superiores a los 35ºC. Sin embargo, esto no significa que desaparezca del cultivo.

De hecho, una de sus principales características es su gran capacidad de supervivencia. Puede vivir en el suelo durante varios años hasta activarse por la acción de la humedad y de temperaturas favorables como las anteriormente descritas.

Estrategia de prevención y control del mildiu en tomate

Otra de las particularidades de esta enfermedad es la extrema dificultad que supone erradicarla una vez ha infectado a la planta. Por esa razón, se pone especial hincapié en la necesidad de llevar a cabo una serie de prácticas de prevención.

En primer lugar, es importante seleccionar material vegetal con la garantía de estar libre de la enfermedad y destruir restos vegetales que puedan ser fuente de inóculo o que ya estén infectados.

Además, es recomendable evitar densidades de plantación elevadas y disponer de sistemas de ventilación adecuados en los invernaderos para evitar humedades relativas altas.

También deben rechazarse sistemas de riego que mojen directamente a la planta, como el riego por aspersión.

En cuanto a aplicaciones preventivas, se recomienda realizarlas cuando se den condiciones de humedad relativa alta y temperaturas bajas, de entre 12 ºC y 15ºC.

Una estrategia preventiva eficaz incluiría la aplicación combinada de los productos Revus y Taegro, de Syngenta.

Revus es un fungicida a base de 250 g/l (23,40% p/p) Mandipropamid altamente eficaz contra hongos oomicetos que producen enfermedades foliares como el mildiu.

En tomate debe aplicarse en dosis de 0,4 - 0,6 l/ha durante el estado vegetativo BBCH 9-81 (emergencia hasta 10% de los frutos tiene color típico de madurez). El número de aplicaciones máximas en un intervalo de 7 a 10 días es de tres.

Por otro lado, Taegro es un biofungicida preventivo de amplio espectro de origen natural a base de Bacillus amyloliquefaciens cepa FZB24 (13% WP), que estimula los mecanismos de defensa naturales de la planta.

Presenta tres modos de acción: mediante producción de metabolitos antimicrobianos, compitiendo por el espacio en superficies vegetales y activando la inducción de defensas de las plantas.

La dosis de aplicación en tomate es de 0,185 - 0,37 kg/ha con un volumen de agua de 180 - 1000 (l/ha). Se permiten 10 aplicaciones en un intervalo de 7 días, y el momento de aplicación será durante el estado vegetativo BBCH 10-89.

Si la enfermedad ya se ha asentado en el cultivo, deben realizarse tratamientos curativos con productos sistémicos de forma periódica y alternándolos para evitar resistencias.