Tratamientos postemergencia de malas hierbas en maíz
¿Cómo surge el problema de las malas hierbas?
El maíz representa el 16% de la producción de cereales en España, únicamente por detrás del 43% de la cebada y del 28% de trigo blando. Además, el cultivo de maíz es el cuarto cereal que más superficie ocupa en España. Por ello, se debe enfocar la protección de uno de los cultivos más importantes de nuestro país.
Uno de los principales problemas que afectan a la producción de maíz, es la aparición y crecimiento de malas hierbas en su desarrollo. Debido a que el maíz es un cultivo de regadío implica que la formación de malas hierbas sea inevitable.
Estas llegan a causar importantes pérdidas, de hasta el 40%, para evitarlas se debe seguir un correcto manejo y tratamiento de malas hierbas.
El principal factor que provoca estas pérdidas es la competitividad que comparte el cultivo con las malas hierbas, el crecimiento de la planta se ve afectado por el efecto de éstas, ya que ambas compiten por los principales recursos, agua, luz y nutrientes.
Otra problemática a la que se enfrenta el cultivo de maíz es la resistencia que presentan las malas hierbas a ciertos herbicidas. Esto se debe al uso continuo y poco selectivo de fitosanitarios sobre estos cultivos. Más adelante en este artículo, os mostraremos como hacer un adecuado uso de los herbicidas para evitar que se produzcan estas resistencias.
Principales malas hierbas en maíz de postemergencia
Las malas hierbas que afectan al cultivo del maíz suelen presentar ciertas características biológicas, que logran ser especialmente perjudiciales.
Poseen una gran capacidad de adaptación a condiciones que se asemejan a climas cálidos y áridos. Además, disponen de muy buena capacidad para la producción de semillas, las cuales pueden llegar a mantenerse viables durante varios años en el suelo. Estas semillas tienen la capacidad de desarrollarse de forma escalonada, germinar y generar plántulas en cualquier momento del ciclo de cultivo.
Se diferencian dos grupos, dependiendo de la característica de su órgano foliar.
En primer lugar, se encuentran aquellas que presentan Hoja Ancha. Las más importantes que afectan al cultivo de maíz son:
- Abutilon o soja borde, (Abutilon theophrasti), reconocible por tener hojas de tacto característico, similar al terciopelo. Tienen gran capacidad de producir semillas. Los tallos llegan a ser fibrosos y lignificados, lo que supone una molestia para la cosechadora.
- Cenizo, (Chenopodium album), presenta semillas con gran persistencia en el suelo. Poseen gran resistencia a ciertos herbicidas.
Se pueden destacar, además: Bledo, moco de pavo o amaranto, (Amaranthus retroflexus), Estramonio o datura, (Datura stramonium) y Verdolaga, (Portulaca oleracea).


El segundo grupo, son aquellas malas hierbas que presentan Hoja Estrecha. De las cuales las que más afectan al cultivo de maíz son:
- Digitaria o pata de gallina, (Digitaria sanguinalis), gramínea con germinación tardía. Es reconocida por su inflorescencia formada por espigas.
- Sorgo o cañota, (Sorghum halepense), la principal mala hierba en maíz. Son difíciles de controlar, tienen crecimiento rápido. Se diferencia por su distribución formando rodales.
También se pueden destacar a, Chufa o castañuela, (Cyperus rotundus), Milaraz, panissola o cola de caballo, (Echinochloa crus-galli), Setaria, almorejo o cola de rata, (Setaria spp.)


¿Cómo afectan las malas hierbas al maíz?
Las malas hierbas en el maíz son problemáticas debido a la similitud existente entre ambos ciclos biológicos, lo que provoca una gran competitividad entre las especies. Los cultivos, en general, son especialmente sensibles a la competencia con las malas hierbas durante las primeras fases de desarrollo vegetal.
Por poner un ejemplo, a la hora de captar la luz, las hojas del maíz por medio de los fitocromos son capaces de percibir los cambios más insignificantes en la luz que incide sobre ellos. En el momento que las malas hierbas aparecen al mismo tiempo que el cultivo, son los fitocromos situados en la hoja de maíz los que detectan que la luz que están recibiendo está siendo reflejada desde la superficie de las hojas de las malas hierbas.
De modo que, las plantas de maíz adoptan una estrategia de crecimiento para imponerse sobre las malas hierbas desarrollando un tallo más alto y hojas más largas.
Esta estrategia de aumento de la parte aérea supone un problema debido a que las plantas poseen una capacidad limitada de crecimiento, provocando a su vez un gasto de energía excesivo con el resultado de una disminución del rendimiento y posterior pérdida en la producción.
Tratamientos
Para evitar la pérdida de producción del cultivo se llevan a cabo tratamientos pre y post emergencia. En este artículo os hablaremos sobre los segundos, que son aquellos que se realizan una vez nacido el maíz y durante las fases iniciales de desarrollo.
Es primordial que las malas hierbas que hayan emergido se encuentren en una fase en la que sean sensibles al tratamiento a utilizar, con el objetivo de evitar la competitividad entre ellas y el cultivo.
El control de malezas puede realizarse a través de diferentes metodologías físicas, mecánicas, biológicas e incluso térmicas, pero los principales tratamientos son aquellos que se realizan con control químico, mediante el uso de herbicidas, ya que estos son los más efectivos. Se pueden combinar los diferentes métodos para prolongar el efecto de los tratamientos químico en el tiempo.
Estos herbicidas son aplicados de forma localizada para ser lo menos perjudicial posible para el cultivo y el ecosistema, aunque también hay que destacar que existen herbicidas que son completamente compatibles.
En primer lugar, la medida más importante es evitar la aplicación continua del mismo herbicida en los cultivos. Por otro lado, también se deben limitar las aplicaciones de tratamientos químicos con el mismo modo de acción en un mismo cultivo. Estas medidas tratan de evitar que las malas hierbas presentes en el cultivo acaben generando resistencia a los herbicidas.
Por todo esto, se deben utilizar tratamientos con diferentes tipos de acción y siguiendo las especificaciones de cada producto. Y por supuesto, se deben utilizar herbicidas no selectivos cuando se quiere controlar las malas hierbas que se encuentren en fases iniciales, antes incluso que las del propio cultivo.
Se debe de hacer un uso razonable de estos herbicidas, de forma que no se desarrollen resistencias por parte de las malas hierbas.
Se emplean también métodos físicos o mecánicos, como son los cultivadores binadores de precisión, que sirven para controlar la profundidad y eliminar las malas hierbas que se encuentren entre calles.
Una medida, en este caso específica contra la cañota (Sorghum halepense), consiste en el agotamiento de la capacidad de brotación de esta. Para ello se remueve el suelo en repetidas ocasiones para desgastar de la capacidad de rebrote de los rizomas de esta mala hierba.
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