Reducir el impacto del cambio climático

Reducir el impacto del cambio climático

En una entrevista dada a Bloomberg NEF, Alexandra Brand, directora de sostenibilidad, analizó el impacto del cambio climático en la agricultura.

A continuación, se puede leer la entrevista completa:

Pregunta (P): ¿De qué manera el cambio climático repercute en la agricultura internacional? ¿Qué regiones se ven más afectadas?

A: En las regiones de alrededor del Mar Negro se producen lluvias torrenciales con mayor frecuencia en primavera, cuando la tierra está húmeda y luego, durante el verano, se seca. Esto supone mucho estrés para los cultivos y el suelo.

En este momento, en el Medio Oeste de Estados Unidos hace frío y todo está completamente inundado. Así que los agricultores no pueden cultivar nada y también estamos teniendo periodos de sequía con más frecuencia.

Estos patrones climáticos extremos, es decir, lluvias irregulares que caen con demasiada fuerza y dañan los cultivos [intercaladas con periodos en los que] no llueve durante meses y el suelo se seca, se producen cada vez con más frecuencia.

Los agricultores tienen que adaptarse al cambio climático, pero también pueden ayudar a reducirlo creando ecosistemas locales que bajen la temperatura del suelo.

P: ¿Están creando semillas que resisten mejor estas condiciones climáticas extremas?

A: Sí. Contamos con variedades que toleran la sequía. En Hungría, vendemos plántulas de maíz lo suficientemente fuertes como para atravesar superficies de suelo duras y resistir lluvias intensas. El sistema de raíces profundas ayuda a retener la humedad durante más tiempo y a absorber nutrientes.

Estas variedades ayudan con las presiones relacionadas con el clima. En Syngenta, hemos puesto en marcha programas de cultivo de semillas solo para esto.

También disponemos de soluciones de tratamiento de semillas para la salud de las raíces. De esta manera, las plántulas pueden producir raíces fuertes de una manera más rápida para anclarse al suelo y crear un espacio para crecer. De esta manera, también se contribuye a conservar la humedad durante más tiempo y aumentar los microbios que fomentan la fertilidad del suelo.

P: ¿Está aumentando la venta de variedades de semillas resistentes a la humedad? ¿Son más caras?

A: Las áreas de nuestra cartera que tienen que ver con el cambio climático, la salud del suelo y la biodiversidad están creciendo mucho más que otras áreas.

Lo más caro para un agricultor es una cosecha fallida – todo el trabajo hecho es en vano si no recolectan nada. El alquiler que han pagado por el terreno y el combustible de los tractores se pierde. Por tanto, cuando comercializamos nuestros productos, tenemos en cuenta si el agricultor tiene un mayor rendimiento general de su inversión. [Las semillas resistentes a la sequía] pueden ser más caras, pero si esto se traduce en que los agricultores conseguirán un mayor rendimiento de su inversión, entonces preferirán estas prácticas.

El sólido crecimiento de esta parte de nuestra cartera revela que los agricultores recuperan su dinero, independientemente del precio.

P: ¿Están desarrollando productos o semillas que secuestren carbono?

A: Los agricultores pueden acumular materia orgánica en el suelo y secuestrar carbono dejando el suelo sin alterar y no labrando para evitar romper la superficie. Otro aspecto es no dejar nunca el suelo sin protección, es decir, cubrirlo siempre con plantas o cultivos para conservar la humedad del suelo y luego rotar cultivos de una temporada a otra. Por ejemplo, alternar maíz con soja o trigo con otros cultivos especializados. De esta manera, se crea un suelo sano, que puede acumular materia orgánica con mayor rapidez.

Normalmente, este tipo de prácticas son económicas para los agricultores porque dejar el suelo sin alterar significa ir con menos frecuencia al campo; por tanto, se ahorra tiempo y gasolina. También pueden ahorrar en fertilizantes si protegen los cultivos de una manera inteligente. Una manera tan holística de gestionar la biodiversidad en el suelo y los cultivos también supone mayor biodiversidad, con insectos y maleza diferentes -y con eso, pueden optar por productos de protección del cultivo de mayor valor.

De esta manera, todo cambia para el agricultor y también para Syngenta. Tenemos variedades de semillas que se adaptan mejor para reducir prácticas de labrado en caso de que esté presente más maleza.

P: ¿Crear un entorno de suelo sano con materia más orgánica ayuda a capturar mejor el carbono?

A: Por supuesto. Nuestros modelos ponen de manifiesto que, con cambios en las prácticas agrícolas y productos de Syngenta, los agricultores pueden alcanzar una mayor eficiencia de los gases efecto invernadero. En parte, gracias al ahorro de gasolina y fertilizantes y también a acumular materia orgánica en el suelo.

A través de una mejora en la práctica de gestión del suelo, los agricultores pueden secuestrar un 20 por ciento de todo el carbono que los humanos han emitido y devolverlo al suelo, según la Nature Conservancy. Con el aumento de la productividad del terreno, crecerán más alimentos en menos terreno, y el resto se podrá reforestar para capturar incluso más carbono.

En Brasil, estamos estudiando cómo podemos reconvertir pastizales degradados en terrenos para la producción agrícola. Esta medida quiere decir que la deforestación para nuevos terrenos agrícolas no se tendrá que producir. Además, hay señales del primer sistema de comercialización local en Austria, donde las empresas emisoras de carbono compran créditos a los agricultores que cambian su práctica agrícola para secuestrar más carbono en el suelo.

P: ¿Afecta de manera negativa a Syngenta que los agricultores adopten prácticas menos intensivas con menos herbicidas e insecticidas?

A: No nos preocupa que compren menos porque compran más productos premium adaptados a esta práctica agrícola cambiante. Si trasladamos nuestra cuota de mercado [a estas prácticas sostenibles], tendremos una ventaja competitiva. Todo ello va en sintonía con ofrecer a la comunidad financiera un caso convincente de que Syngenta está trabajando en su mayor oportunidad en lo que respecta a la agricultura sostenible.

P: Syngenta adquirió Strider el año pasado: un fabricante de tecnología de gestión agrícola. ¿Será una parte en expansión del negocio?

A: Por supuesto. En América del Norte hemos creado un sistema de gestión agrícola durante los últimos 12 años que habla a los agricultores sobre la huella del carbono de sus operaciones, la calidad del suelo, la gestión del fósforo y nitrógeno y la huella hídrica. Estos agricultores obtienen acceso preferencial al mercado de empresas de alimentación con objetivos de reducción de carbono para sus cadenas de proveedores.

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