Olivar intensivo y superintensivo ¿qué características tienen?

Cultivos leñosos
Olivar intensivo

Tras haberos puesto al día con nuestros artículos ya publicados “Sistemas de producción del olivar” y “Olivar tradicional”, esta semana queremos hablaros de otros sistemas de producción de olivar bastante importantes y cada vez más utilizados. Los sistemas de producción de olivar en intensivo y superintensivo.

Muchas son las opiniones respecto a estos sistemas de producción, pero nosotros os queremos explicar en qué consisten y cuáles son sus principales particularidades

Se estima que para 2030 el olivar intensivo alcanzará el 22% y el superintesivo el 23% de la superficie mundial de olivares, esto son aproximadamente 5 millones de ha de las 11,6 ha totales repartidas por 63 países. De esos 11.6 millones de ha, aproximadamente 2,65 millones están en España lo que sitúa al sector olivarero en uno de los más importantes en nuestro país.

Como ya dijimos en el anterior artículo, el sistema de producción que predomina en nuestro país es el tradicional, pero poco a poco el intensivo y superintensivo van abriéndose paso en este mercado tan cotizado. Generalmente se trata de explotaciones más grandes que buscan mayor beneficio en menor espacio de tiempo.

El concepto de explotación en sistemas de producción tradicional e intensivo es casi el mismo ya que, en los dos, los árboles están aislados, hay posibilidad de mecanización y hay posibilidad de incorporar riego.

Sistema intensivo
Sistemas de producción intensivos

La principal diferencia que hay entre el sistema de producción tradicional y el intensivo, es el marco de plantación. En el caso del sistema de producción intensivo suele ser desde 8x4 hasta 6x4 metros, mucho menor que en un sistema de producción tradicional. Esto significa que, en la misma superficie explotada, el número de árboles va a ser mucho mayor y por lo tanto la producción también, en el mismo espacio temporal.

En los sistemas de producción en intensivo se suele dejar unas calles más anchas para dejar pasar la maquinaria que realizará el trabajo, siendo las perpendiculares a estas más estrechas. Al haber tan poca distancia entre copas, normalmente la forma de la copa en sistemas de producción intensivo suele ser en vaso. Esto se hace principalmente para que no se superpongan ramas de diferentes olivos y genere una competencia por conseguir la mayor luz solar gracias a la optimización de la superficie foliar del olivo, favoreciendo finalmente la producción de la finca.

El número de árboles va a ser mucho mayor y por lo tanto la producción también

Igual que en el sistema de producción tradicional, en el intensivo el riego no es obligatorio, consiguiéndose unas producciones de aproximadamente 6.200 kg/ha y año de aceituna y aproximadamente 1.200 kg/ha y año de aceite al año en el caso de explotaciones de secano y puede llegar a más de 9.000 kg/ha y año de aceituna y entre 1.500 y 2.400 kg/ha y año aproximadamente de aceite en explotaciones de regadío. En el caso de los sistemas de producción intensiva de regadío, se opta por sistemas de regadío deficitario, aumentando la eficiencia y reduciendo los efectos de erosión que pudiera causar el agua.

Sistema intensivo
Sistemas de producción superintensivos

En este caso el sistema de producción tradicional es completamente diferente al superintensivo. Los marcos de plantación en superintensivo son mínimos, colocando los olivos en hileras o comúnmente llamados en seto y separados por calles anchas por donde pasa la maquinaria para realizar las labores de trabajo y recolección.

Al estar los olivos en hileras y muy juntos la exposición solar de la superficie foliar es mínima por lo que la producción por olivo es menor que en el caso de los sistemas de producción tradicional e intensivo, y se intenta aprovechar al máximo la superficie de la explotación para conseguir una producción rentable. 
La esperanza de vida de los olivos en sistemas de producción superintensivos es aproximadamente de 13 a 20 años, muy por debajo a la edad que podrían alcanzar en sistemas de producción tradicional e intensivo. Esto significa que el nivel de repoblación y sustitución de olivos es muy alto, lo que provoca un gasto añadido al sistema de producción.

La producción por olivo es menor que en sistemas tradicionales e intensivos, se intenta aprovechar al máximo la superficie de la explotación para conseguir una producción rentable

La producción media de un olivar en superintensivo de secano puede dar hasta 7.500 kg/ha y año de aceituna y aproximadamente 1.300 kg/ha y año de aceite. 

En el caso de sistemas de producción superintensivo de regadío los valores cambian notablemente llegando a alcanzar valores alrededor de los 9.200 kg/ha y año de aceituna y 1.600 kg/ha y año de aceite. Con esto llegamos a la conclusión que en este sistema de producción el riego es muy importante, notando un aumento considerable en las diferentes producciones de aceituna y aceite. En este caso, normalmente se suele usar un riego deficitario por goteo muy controlado.

¿Qué debes de tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de sistema de producción?

La inversión a la hora de montar una explotación oleícola es muy grande y hay que tener en cuenta muchos factores para conseguir que la explotación sea rentable, eficiente y sostenible.

Olivar

Para poner en marcha una explotación primero hay que tener en cuenta los costes que conllevaría plantar todos los árboles en la parcela, ya sea en estacón, estaquilla o plantel, teniendo en cuenta que hasta el tercer o cuarto año tras su plantación no empieza a dar frutos y que los primeros años es mínima. Después habría que prestar especial atención en los costes de mantenimiento, producción y mano de obra o maquinaria. Y dependiendo del sistema de producción del que se trate repoblación o sustitución de ejemplares.

Como bien hemos mencionado, no son pocos los valores para tener en cuenta, y estos solo son los principales.

Ventajas y desventajas de sistemas de producción intensivos y superintensivos
  • Generalmente en los primeros años la producción es mucho más alta que en sistemas de producción tradicional ya que el número de olivos por hectárea es mayor en este tipo de sistemas.
  • La maquinaria también es un factor importante y favorable para los sistemas de producción intensivo y superintensivo, reduciendo la mano de obra y el tiempo de recolección frente a sistemas de producción tradicional.
  • Mejor aprovechamiento del espacio en sistemas de producción intensivas y superintensivas.
  • Los costes de plantación en sistemas de producción intensiva y superintensiva son mayores que en sistemas de producción tradicional.
  • La sustitución de olivos por problemas de vigor y agotamiento es mucho mayor en sistemas de producción intensivos y superintensivos.
  • Mayor probabilidad de enfermedades en sistemas de producción superintensivo por falta de luz y ventilación. Por lo que la vigilancia y el tratamiento con fitosanitarios debe ser una prioridad.
  • En los sistemas de producción superintensivos existe una mayor inversión en riego, ya que necesitan un riego bastante controlado para evitar encharcamientos y conseguir una mayor eficiencia.
  • También la producción es importante resaltarla en este punto. Si es verdad que la producción en intensivo y superintensivo es mucho mayor que en sistemas de producción tradicional pero la calidad de la aceituna y su valor en el mercado es completamente diferente. Una producción de aceituna cultivada de forma tradicional conlleva a una mayor calidad de la aceituna por lo que está mejor valorada en el mercado que las producidas en sistemas de producción intensivos o superintensivos.

Las conclusiones a las que podemos llegar son muchas y muy variadas, pero si hay que sacar en claro algo es que hay que pensar y analizar muy bien qué tipo de sistema de producción quieres implantar en tu explotación. Si el suelo es capaz de aguantar un sistema de producción superintensivo, si es posible meter maquinaria en el terreno, si quieres una explotación de secano o de regadío… ¿Qué valoras más? ¿la calidad o la cantidad?