El suelo, pieza clave para la biodiversidad y rentabilidad agrícola

Sostenibilidad
Campo cultivado
La salud del suelo es fundamental para un óptimo rendimiento de los cultivos, para su sanidad, y además es una herramienta elemental para combatir el cambio climático.
La gestión del suelo y sus interacciones con la planta se han convertido en una prioridad para la rentabilidad y sostenibilidad del sector agrícola.
Los suelos albergan una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta.

El suelo ha pasado de ser el gran olvidado del sector agrario a convertirse en una prioridad. No solo como elemento fundamental que aporta los nutrientes y da sustento a los cultivos, sino como factor esencial de gestión eficiente para la mejora de la sostenibilidad y rentabilidad del sector agrícola y como una herramienta vital para combatir los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad como son el cambio climático y el mantenimiento de la biodiversidad. Un reciente informe de la FAO del 2020, elaborado por un equipo de 300 científicos, ha resaltado la importancia de conocer más en profundidad la biodiversidad del suelo, las amenazas a la que se enfrenta y las soluciones que el suelo puede proporcionar a los problemas en diferentes campos, como el cambio climático

 

¿Qué se entiende por biodiversidad del suelo?

En 2015, la FAO en uno de sus comunicados explicaba que la diversidad biológica o biodiversidad se define como “la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos los ecosistemas terrestres, acuáticos o marinos. Engloba la diversidad dentro de las especies (diversidad genética), entre las especies (diversidad de los organismos) y de los ecosistemas (diversidad ecológica).

"Ciertas prácticas de manejo mejoran la rentabilidad de la explotación y benefician la salud del suelo, con un efecto positivo para el cambio climático".

Así, es fácil entender que la biodiversidad del suelo es la variedad de vida que hay bajo tierra, y que engloba los tres aspectos anteriores.

El suelo es uno de los ecosistemas más complejos de la naturaleza y uno de los hábitats más diversos de la tierra: alberga una infinidad de organismos diferentes que interactúan entre sí y contribuyen a los ciclos globales que hacen posible la vida. No hay ningún lugar de la naturaleza con una mayor concentración de especies que los suelos; sin embargo, esta biodiversidad apenas se conoce al estar bajo tierra y ser, en gran medida, invisible para el ojo humano.

“La biodiversidad del suelo podría constituir, si se construye un entorno propicio, una solución real basada en la naturaleza para la mayoría de los problemas que enfrenta la humanidad hoy, desde el campo hasta la escala global. Por lo tanto, los esfuerzos para conservar y proteger la biodiversidad deben incluir la matriz invisible de microorganismos que constituyen más del 25% de la biodiversidad total de nuestro planeta, estiman los expertos en el anterior documento señalado de la FAO.

 

Principal fuente de nutrientes

Cubierta vegetal en frutal

En concreto, el suelo contiene una enorme cantidad de bacterias, nutrientes y microorganismos, con un volumen de nitrógeno y fósforo mucho mayor del que pueda disponer toda la vegetación del planeta. Unos microorganismos y compuestos que son la principal fuente de nutrientes indispensables para la vida.

“Debemos aprovechar este impulso para abogar por la integración de la biodiversidad del suelo en la agenda de desarrollo sostenible, para promover el establecimiento de información de suelos y sistemas de monitoreo como indicadores clave de la salud del suelo, para mejorar los conocimientos de la microbiota del suelo y para establecer un programa de desarrollo de capacidades a nivel global para el uso y manejo de la biodiversidad del suelo”, concluyen los expertos de la FAO.

De hecho, tal es su importancia que en los últimos años se han iniciado diferentes iniciativas y proyectos para entender mejor qué función cumple el suelo y cómo interactúa con las plantas y cultivos.

Soil Farming Project, un proyecto internacional promovido por Syngenta

El compromiso de Syngenta

Desde hace tres años, la compañía está realizando importantes esfuerzos en investigación hacia nuevos horizontes en el área de los suelos y la sanidad de los cultivos. El suelo juega un papel fundamental en la agricultura, no sólo provee a la planta de soporte físico, sino que, el suelo y su manejo, determina el buen desarrollo de sus raíces y el suministro y absorción de nutrientes y agua. Un cultivo sano depende tanto de la vida que hay bajo el suelo como la que hay sobre él” apunta Francisco García Verde, responsable de sostenibilidad en el área de suelos en Syngenta Europa.

Soil Farming Project, un proyecto internacional promovido por Syngenta

Además de la parte de investigación, Syngenta está realizando varias iniciativas de campo a escala para comparar diferentes modelos de manejos de suelo, comparando sistemas de manejo convencional con sistemas donde se incorporan principios como minimizar la alteración del suelo, aumentar la cobertura de este y fomentar la rotación de cultivos.

"El suelo jugará un papel fundamental en la futura PAC y en la estrategia de cambio climático de la UE".

Destaca en esta área la iniciativa “Soil Farming Project”, un proyecto internacional promovido por Syngenta Europa que se está llevando a cabo en España, Reino Unido y Francia cuyo objetivo es demostrar que es posible lograr una agricultura productiva y rentable que además preste atención a los recursos naturales, particularmente el suelo y el agua. Actualmente, se encuentra en la segunda fase, que consiste en el establecimiento de parcelas piloto en todas las comunidades autónomas donde los cultivos extensivos tienen importancia.

Después de tres años de estudios con reconocidos expertos externos como NIAB, GWCT, ECAF o la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos, “ya tenemos conclusiones de interés, a través de varios indicadores. Podemos confirmar que ciertas prácticas de manejo que están siendo estudiadas mejoran la rentabilidad de la explotación y benefician la salud del suelo, además de tener un efecto positivo en el cambio climático con importantes reducciones en las emisiones y un esperanzador aumento del carbono orgánico en el suelo”, explica García. Todos ellos, aspectos fundamentales para el futuro de la agricultura europea, como así lo refleja la nueva estrategia Europea del Suelo que la Comisión Europea está preparando y que pronto verá la luz. Sin duda el suelo jugará un papel fundamental en la futura PAC y en la estrategia de cambio climático de la UE.