El mildiu de la lechuga: en qué consiste y tratamiento efectivo

Cultivos hortícolas
Campo de lechugas

De las 34.150 hectáreas de superficie de cultivo de lechuga existentes en el territorio nacional, 15.836, un 46%, corresponden a campos de la Región de Murcia, según el avance de datos de hortalizas de 2021 elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Asimismo, de un total de 1.063.775 toneladas producidas ese año, cerca de la mitad, 421.196 t, salieron de dicha CC. AA.

 

Los productores murcianos de lechuga tienen, por tanto, motivos de sobra para preocuparse por la que consideran una de las enfermedades más peligrosas de este cultivo: el mildiu.

 

En palabras de Antonio López Ibarra, técnico agrícola de la cooperativa regional Deilor SCA, esta afección puede conllevar “la pérdida de cierto número de piezas y, en consecuencia, de parte de la producción”. Desde el gobierno regional la consideran “el principal problema epidémico fúngico del cultivo de la lechuga en las áreas de producción de Murcia”.

Características y desarrollo del mildiu de la lechuga

El mildiu de la lechuga está causado por un parásito oomycetes de la familia Peronosporaceae, Bremia lactucae. La bremia de la lechuga, como también se conoce a la enfermedad del mildiu, puede aparecer a lo largo de todo el ciclo del cultivo, aunque sus ataques son más intensos en los meses de invierno o, de manera más precisa, desde el otoño hasta la primavera, franja en la que suelen darse las condiciones adecuadas para su desarrollo.

Así, los cielos encapotados, la humedad relativa alta (mayor de 90%) y las temperaturas suaves son factores favorables al asentamiento del hongo.

Se reproduce de manera sexual dando lugar a oosporas, y el hongo se multiplica por vía asexual mediante zoosporas encerradas en esporangios formados en fructificaciones arborescentes. La temperatura óptima de desarrollo se sitúa entre los 4ºC y los 15ºC, estando los límites en -3ºC y 31ºC. Las esporas germinan a temperaturas de 10ºC a 17ºC y humedad relativa próxima al 100%.

Mildiu en lechuga
Mildiu en las hojas de una lechuga

En algunos casos, los esporangios no germinan directamente, sino que producen zoosporas flageladas que son arrastradas por el agua y provocan la infección. En este caso, es imprescindible la presencia de agua líquida sobre la planta.

Los esporangios presentan mejor desarrollo bajo condiciones de poca luz. Una luminosidad reducida continuada provoca la degradación de las células estomáticas.

La duración de un ciclo completo de desarrollo del hongo es de 7 a 9 días, en condiciones óptimas.

En semillero, los ataques del hongo se perciben en los cotiledones por el amarilleo de las zonas colonizadas, que acaban necrosándose y desecándose. En plantas que presentan un desarrollo más avanzado, la infección de manifiesta a través de manchas de color amarillo en el haz del limbo, delimitadas por las nervaduras secundarias. Asimismo, en el envés de la zona amarilla aparece un fieltro blanquecino, formado por las fructificaciones arborescentes.

Posteriormente, las zonas centrales de las manchas acaban confluyendo y formando grandes áreas marrones necrosadas. La enfermedad avanza hacia las hojas interiores, en las que se manifiesta como una decoloración de aspecto aceitoso.

Una estrategia de tratamiento efectiva contra el mildiu de la lechuga

Esta enfermedad resulta muy complicada de controlar si la epidemia se desarrolla bajo condiciones que le favorezcan. Existen, sin embargo, diferentes medidas preventivas que contribuyen a paliar sus efectos: semilleros convenientemente ventilados; mantener el terreno sin encharcamientos; adecuada gestión del riego y del abonado; o marcos de siembra y plantación amplios para favorecer la aireación.

En sus cultivos de lechuga iceberg, Deilor SCA mantiene estas medidas anticipatorias, como los “marcos de plantación más espaciosos en épocas de mayor necesidad de riego y humedad para que no afecte tanto la enfermedad, o la introducción de variedades de semilla nuevas con diferentes resistencias a bremia”, y las combinan con aplicaciones preventivas de productos con diferentes modos de acción.

En este sentido, una estrategia eficaz incluiría la combinación en la aplicación de los productos Revus y Taegro, de Syngenta.

Por un lado, Revus es un fungicida a base de 250 g/l (23,40% p/p) Mandipropamid altamente eficaz contra hongos oomicetos que producen enfermedades foliares como el mildiu.

En lechuga debe aplicarse en dosis de 0,4 - 0,6 l/ha durante el estado vegetativo BBCH 11-49 (1ª hoja verdadera desplegada hasta tamaño y forma de la cabeza típica). El número de aplicaciones máximas en un intervalo de 7 a 10 días es de dos.

El ingrediente activo de Revus se fija en la capa cerosa y desde allí se redistribuye al interior de la planta, presentando actividad translaminar. Es altamente activo sobre la germinación de las esporas del hongo, e inhibe también el crecimiento del micelio durante la fase de incubación de la enfermedad.

Por otro lado, Taegro es un biofungicida preventivo de amplio espectro de origen natural a base de Bacillus amyloliquefaciens cepa FZB24 (13% WP), que estimula los mecanismos de defensa naturales de la planta.

Presenta tres modos de acción: mediante producción de metabolitos antimicrobianos, compitiendo por el espacio en superficies vegetales y activando la inducción de defensas de las plantas.

La dosis de aplicación en lechuga es de 0,185 - 0,37 kg/ha con un volumen de agua de 180 - 1000 (l/ha). Se permiten 10 aplicaciones en un intervalo de 7 días, y el momento de aplicación será durante el estado vegetativo BBCH 10-89.