Campaña aceite de oliva 2020/21: tendencia de producción y mercado
A nivel mundial se consumen más de 3 millones de toneladas de aceite de oliva cada año, de las cuales España produce casi la mitad, lo que sin duda nos convierte en el primer país oleícola mundial.
Como es lógico, los países con un mayor consumo por persona de aceite de oliva son los propios países productores, aunque aquí España ya no es el líder absoluto. Según los últimos datos registrados (Consejo Oleícola Internacional, 2019/2020), los mayores consumidores per cápita de aceite de oliva son los griegos, con un consumo anual de unos 12,5 litros por persona. Les seguimos de cerca los españoles con unos 11,70 litros por persona.
En los dos últimos años las continuas bajadas en las cotizaciones de las distintas calidades han devaluado el producto, situándose por debajo de los costes de producción. Según los datos oficiales del Poolred los productores oleícolas recibieron en febrero 2,38 euros de media por kg, frente a los 3,4 euros de un año antes, lo que supone una caída del 30%. Los descensos son incluso mayores (del 50% en algunas categorías) si se comparan con mayo de 2017, el momento en el que se registraron los precios más altos de los últimos años, cuando el pago medio se situaba cerca de los 4 euros el kilo. Con el fin de reducir esta fluctuación de los precios tanto en origen como al consumo, se ha aprobado la ley de autorregulación para el Sector oleícola.
Sin embargo, esta campaña 2020/2021, siempre siendo prudentes por posibles variables climáticas, circunstancias sociopolíticas y económicas e incluso por la evolución propia de la pandemia de la COVID-19, nos encontramos ante un punto de inflexión en el sector del aceite de oliva, con una mejoría de precios.
En la situación actual, y después de dos años de grave crisis de mercado, la industria oleícola española tiene una buena oportunidad pudiendo desempeñar su papel de liderazgo y establecer el estándar para el mercado mundial del aceite de oliva.
La clave principal para ser líderes en el mercado internacional radica en que, mientras decenas de países han apostado por el cultivo en seto, en España casi el 70% del olivar es tradicional y sólo un 30 olivar moderno. Con la recolección prácticamente concluida y debido al rendimiento bajo en todas las zonas de producción difícilmente se alcance 1,4 millones de toneladas como producción total.
“La baja producción de los principales países productores, la evolución del consumo que está siendo superior a la tendencia manifestada por la oferta, unido a efectos, como la sofisticación del consumidor, o la momentánea supresión arancelaria, han creado un entorno especialmente beneficioso para sostener las cotizaciones de nuestros aceites de forma sólida y solvente”.
Juan Vilar
Esto sitúa a España en una posición ventajosa ya que puede apostar por la calidad atesorada durante generaciones en la producción de aceite de oliva. El sector, por esa serie de circunstancias está consiguiendo buenos precios en los mercados, sobre todo internacionales, apostando por la calidad.
Según el AICA los datos de febrero 2021 indican que las salidas al mercado serán de media entorno a las 140.000 toneladas mensuales. De mantenerse este ritmo de comercialización llegaríamos a final de año con un enlace de cosecha inferior a las 400.000 toneladas siendo un dato muy favorable para el sector en comparación con los últimos dos/tres años. Esto, unido a la vecería que normalmente está ligada al cultivo y que augura una producción para este año no muy elevada, supondría una regularización natural del mercado manteniéndose el buen estado de precios del aceite.
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